Ensayos
COMUNIDAD DEPORTIVA

COMUNIDAD DEPORTIVA

Como en aquel gran disco de León Gieco, “De Ushuaia a La Quiaca”, el deporte en nuestro país, al igual que la música, se expresa de manera diversa en todo el territorio nacional y se manifiesta como elemento central de nuestra cultura. Nos reconocemos como un pueblo deportista y nos sentimos parte de sus prácticas y consumos. En cada barrio, en cada pueblo, hay por lo menos un lugar donde “hacer” deporte. Un potrero, un playón, un club de barrio, una escuela, el salón de un centro cultural, el patio de la parroquia, se conforman como espacios donde se genera y ejerce la cultura del encuentro a través del deporte.  No hace falta ser muchos o muchas. Hace falta un proyecto que sepa incluir y genere las condiciones para jugar y encontrarse. El resto vendrá después. 

En cada canchita o playón, decíamos, el crisol de cuerpos se pone en movimiento, en su faz individual y su dimensión colectiva. Los cuerpos se perciben protagonistas, se activan, construyen experiencias, saberes, intercambios, sueños y épicas comunitarias. Se reconocen en algo común, en pleno ejercicio del goce. “Jugamos como somos”, nos gusta decir, y lo hacemos desde hace tiempo. 

El pasado lunes 6 de noviembre, como hecho político destacable, se presentó en el salón Felipe Vallese, de la Confederación General del Trabajo (CGT), una propuesta que crea las bases para la política nacional deportiva, resultado de varios días de encuentro y trabajo donde más de 50 organizaciones sociales, políticas, sindicales, comunitarias y barriales que hicieron su aporte para un documento común. 

Un gran avance para estos tiempos y un gran trabajo de la denominada Mesa Nacional del Deporte , espacio de encuentro, a la vez, de muchos y muchas referentes del universo deportivo nacional. Compañeros y compañeras muy valorados por su experiencia y trayectoria, han puesto cuerpo y cabeza. Una especie de scaloneta del equipo deportivo nacional. 

La propuesta es política y se crea en el marco de la campaña Massa Presidente. Cada uno de los oradores del acto remarcó claramente su apoyo al candidato del espacio de Unión por la Patria, entendiendo que es la única opción posible si queremos, desde el deporte, y en cada barrio de nuestra patria, “mejorar la vida de la sociedad, su salud, su cohesión social y su seguridad”’, tal cual anuncia el lema principal de la mesa nacional del deporte. 

Carlos Conti, secretario de deportes del Movimiento Evita, uno de los integrantes principales de este armado, lo dice en pocas palabras: “Hay que construir de manera colectiva una propuesta política que represente a todos los actores e intereses de nuestro deporte popular y se pueda sentar en la mesa donde se decidan, en los próximos meses, el diseño y la ejecución de políticas públicas vinculadas al deporte. Una propuesta superadora que entienda que es momento de trabajar juntos y dejar mezquindades de lado. Una propuesta representativa de nuestra cultura popular, política y comunitaria que se imponga desde las necesidades, las experiencias y la participación de nuestro pueblo”.

Estamos en tiempos donde el candidato de la extrema derecha Javier Milei en una alianza conservadora y oligárquica con Mauricio Macri, tienen como propuesta disolver el Ministerio de Deportes. Y hacer lo que ya hicieron, en la misma línea, pero más rápido. En el gobierno macrista, es dable recordar, la Secretaría de Deportes pasó a ser una agencia nacional, se recortaron los presupuestos a nuestros deportistas olímpicos y se propuso, en más de una oportunidad, arrasar con nuestros clubes para crear sociedades anónimas deportivas. 

No es casual esa alianza en contra de los principios sociales conquistados. 

A decir de Juan Pablo Brey, otros de los artífices del encuentro y del armado de la mesa nacional, secretario de deportes de la CGT: “es tiempo de levantar de una vez y para siempre las banderas del deporte nacional, de crear las condiciones para que en cada rincón de nuestra patria haya un espacio donde la familia argentina pueda jugar, encontrarse, practicar deporte, asistir a una jornada comunitaria. Como lo hizo el general Perón en sus presidencias, poniendo siempre por delante los derechos de nuestro pueblo y sus necesidades. El deporte es una escuela de vida. Formar a nuestros pibes y pibas en un espacio deportivo es formarlos en valores claves para nuestra sociedad, como la solidaridad, el respeto y la igualdad

El deporte y el modelo de país que va a permitir su desarrollo popular, inclusivo y comunitario está en disputa. Vienen por el Ministerio y la privatización de nuestros espacios deportivos. Para ellos, como expresión oligárquica que son, todo lo que surge de la comunidad en una construcción política con el Estado, debe ser arrasado. Ya lo dijo Milei cuando hace referencia a esa “idea perversa” de la justicia social. 

La práctica deportiva inclusiva debe defenderse con uñas y dientes como defendemos la educación y la salud pública. En esos espacios barriales y comunitarios donde los pibes y pibas se juntan a jugar, se construyen lazos sociales, y se promueven vínculos indispensables para el crecimiento de nuestra sociedad. En cada barrio de nuestra patria, hay un club. Nos gusta decir eso: sin clubes, sin canchitas, sin espacios deportivos, sin potreros, no hay barrio. Y cada barrio es el territorio donde nuestra comunidad sueña y crea las condiciones para la transformación social. 

El deporte se “hace”, en su praxis lúdica, en términos artesanales. “Voy a hacer deporte” o “voy a jugar a la pelota” (por citar solo la versión futbolera del dicho), son frases comunes y escuchadas en nuestras casas. Hasta la competencia más profesional y de alto rendimiento tienen una raíz barrial y artesanal. El derecho a jugar está enmarcado en nuestra constitución como un derecho humano indispensable que merece ser vivido desde la posibilidad real de inclusión. 

Vinculados con la escuela, con los centros culturales, con los comedores comunitarios, con las salitas de salud, los espacios deportivos siguen constituyéndose como un actor indispensable del entramado social. Su respuesta comprometida en los peores días de la pandemia, poniéndole el cuerpo a la crisis y abriendo sus puertas, son sólo una muestra de lo hecho.  

Por eso, esta mesa nacional del deporte trabajó pensando en el presente, recuperando nuestra historia y los días más felices, y metiendo en la discusión una agenda para un futuro acorde a las necesidades de las organizaciones deportivas: 

* Creación del Ministerio de Deporte, como un espacio gubernamental único. 

* Restitución de los órganos de aplicación del Consejo Nacional del Deporte, consejos provinciales y municipales. 

* Ley de asignación universal por hijo en el deporte como estímulo económico con fines deportivos para niños, niñas, adolescentes y personas con discapacidad que no dispongan con recursos para acceder a instituciones deportivas. 

* Reglamentación de la ley de clubes de barrio N 27.098

* Convertir los playones deportivos en clubes de barrio

* Funcionamiento de las tres “C”: colegio, club, capilla como sostén comunitario en los barrios populares. 

* Impulsar y potenciar el PROGRAMA POTENCIAR DEPORTE, como espacio de formación integral de promotores y promotoras deportivas.  

* Impulsar la sanción de proyecto de ley de doble carrera. 

La cancha está marcada: “el próximo gobierno deberá esforzarse, considerando el deporte como un instrumento de integración e inclusión social, en lograr alejarnos del individualismo y convocarnos a construir lazos más solidarios, inclusivos y de igual acceso de oportunidades”, dicen al unísono.  

La comunidad deportiva, expresión cultural de una argentinidad protagonista de sueños, heterogénea, dueña de un cuerpo colectivo que entiende al deporte como espacio de hermandad, hoy se está reconstruyendo y organizando. Y puso manos a la obra con un documento que sienta las bases para el desarrollo deportivo nacional. En estos días, bancando el proyecto y la candidatura de Sergio Massa para conducir los destinos de la patria. En un futuro inmediato, de acá a pocos meses, para sentarse a la mesa y discutir la forma de implementar cada una de sus propuestas. 

Sabemos que cuando nuestra comunidad se organiza, cuando logra enlazar la práctica cotidiana con la construcción de horizontes saludables, en la dimensión más amplia y política del término, se abren los caminos que conectan nuestras vivencias con un proyecto de país. En sus directrices y atajos, renace el otro como hermandad y como síntesis de la comunidad organizada. Y se habilitan así, los sueños de los y las comunes, abrazando las grandes causas universales.


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Autor

  • Integrante de Colectivo DALE!, Lic. en Comunicación Social (UBA), docente, Coordinador académico de la Diplomatura de Extensión Universitaria de “Promoción socio-comunitaria del Deporte (UNTREF), Co-autor de los libros: “Ventana a la Plaza de Mayo. Osvaldo Bayer y las Madres de Plaza de Mayo” (2006, ediciones MPM) y “Entredichos. Osvaldo Bayer 30 años de polémicas” (2008, la ochava ediciones). Trabajador Estatal. Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

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