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PATAGÓNICA Y REBELDE

PATAGÓNICA Y REBELDE

Desde el sur profundo, Ivon Pavón emerge como presidenta del Club Logos de Pico Truncado en la Provincia de Santa Cruz. En un contexto históricamente desfavorable para el desarrollo dirigencial de las mujeres, ella toma las riendas y propone un fuerte cambio en la mirada.

“Soy nacida y criada acá, en Pico Truncado, solo me fui a estudiar unos añitos a Rio Negro y volví”, comienza el relato Ivón Pavón, presidenta del Club de Fútbol Logos, en tierra de petroleros y mineros. El desafío es grande y lo asume con responsabilidad.

Logos, con mas de 25 años de existencia, es referencia ineludible para la localidad “Aunque ya sea una ciudad, porque tiene mas de 40.000 habitantes, nosotros le seguimos diciendo pueblo a truncado” aclara Ivón entre risas.

Nace Logos

Los inicios de Logos resultan muy cercanos a la familia Pavón: “El club nació en 1996 por un grupo de amigos que se juntaban a escuchar música heavy metal y también a jugar al futbol. Como había un grupo que les gustaba y se llamaba Logos, le pusieron ese nombre. Uno de los fundadores es mi hermano, Luis Pavón”, comenta Ivón y agrega “Es un club que tiene historia y mucha contención social, con mucha gente, con mucha hinchada. Inclusive hay un barrio que está todo pintado de Logos… el barrio San Martín”.

Poco a poco fueron sumándose mas vecinas y vecinos, y aquello que comenzó como el sueño de un grupo de amigos, empezó a transformarse en un sólido proyecto en tierra santacruceña.

Claro que aquella geografía plantea muchas veces grandes dificultades, siendo zonas muchas veces hostiles para determinadas practicas: “Hay una particularidad que tenemos acá, el deporte en general es bajo techo. Tiene que ser bajo techo y estas condiciones están dadas por el clima. Entonces tenemos que adaptar todos los deportes a esta situación, lo que conlleva una gran organización y muchas veces una limitación. En épocas de frio, de mucho frio, es imposible entrenar afuera. Acá se convive con el viento”.

Hasta el 2019 el club tuvo solo categorías de 13 años en adelante. Sin embargo en 2019 comenzaron a formarse escuelitas de futbol donde comenzaron a llegar nenes y nenas desde los 4 años. Hoy son mas de 180 jugadores entre todas las categorías.

Ser dirigenta

“Al principio hubo una gran resistencia a que una mujer sea presidenta del club, eso lo tengo que reconocer. Pero como fui criada viendo a Logos jugar, también soy hincha. Entonces con mi hermano empezamos a pensar en formar escuelita de futbol, y como yo soy profe de Educación Física, él me dice ‘hay que formar a los mas chiquititos, hay que hacer que el club crezca’, le dije ‘nos metamos’ y ahí fuimos. Empecé como ayudante dándole una mano desde mi profesión. Ahí nos dimos cuenta que el club también tenia muchas falencias administrativas, por ejemplo no tenia personería jurídica provincial. Empezamos entonces a conocer todo lo que podíamos hacer crecer al club teniendo un apoyo del Estado. Fuimos por la personería, hicimos asambleas, formamos la comisión, y ahí quede como presidenta”, relata Ivón.

La presidenta del club truncadense reconoce las resistencias que aún hoy persisten “Hubo y hay resistencias porque todavía el futbol está asociado a que las mujeres no tenemos nada que hacer, que no sabemos nada, que no somos parte de eso. Pero poco a poco lo vamos cambiando, en el club se trabaja muchísimo ese tema, y trabajábamos en conjunto con la comisión. De hecho también tenemos secretaria y tesorera mujer”.

Ivón agrega “Para mi ser dirigenta deportiva es una gran responsabilidad, pero también es un gran desafío. Me gusta mucho aprender día a día como llevar adelante el club y sobre todo el trabajo en equipo. No creo que a los clubes los levanten una sola persona, sino el trabajo entre todos va haciendo crecer a los clubes de barrio. Porque también la realidad es que hay que lidiar con un muchas cuestiones que solo la vive el club de barrio. Por ejemplo nosotros todavía no tenemos sede, tenemos el terreno pero nada mas. Fuimos abriendo puertas para empezar a trabajar ahí, ese terreno estaba desde 1999 y nunca se había hecho nada. Bueno empezamos a tocar puertas para hacer algo. Entonces esas responsabilidades de crecimiento son muy importantes”.

Ya no miramos, ahora jugamos!

Los recuerdos brotan y el camino recorrido a veces resulta una película que, parados en el día de hoy, resulta de gran satisfacción y crecimiento colectivo: “Crecí viendo jugar al futbol, pero ahora las chicas juegan, es un gran avance el futbol femenino. Acá en el pueblo creció muchísimo, las nenas ven a las grandes jugar y se quieren enganchar. Nosotros cuando arrancamos la escuelita había una sola nena. Pero iban llegando las mamas o papas preguntándome si las aceptábamos, les decíamos que si y de ahí se empezaron a enganchar. Si bien por el momento son 12 chicas, la actividad va creciendo mucho. La idea es  poder comenzar a formar equipos enteros de chicas de futbol de salón, que es la disciplina que nosotros mas tenemos por el clima”.

Ivón rememora los años en los que ella solo podía estar del alambrado hacia afuera, pero celebra que las nuevas generaciones puedan torcer aquel mandato social, “Yo no pude jugar, pero hoy soy dirigenta… pienso que es la resistencia femenina, el deporte no tiene género, entonces nosotros no podemos cerrar puertas a una nena que quiere jugar al futbol. En el club pudimos trabajar mucho la ESI (Educación Sexual Integral) a través de distintos programas, y eso generó que se puedan ir rompiendo estructuras dentro del club. Es muy importante que la ESI llegue a los clubes”.

“Yo siempre digo que el club de barrio, los clubes deportivos, tienen una gran función social y una gran responsabilidad en el hecho de poder avanzar con la ruptura de estructuras. La función que tenemos los clubes es muy importante porque es el lugar que elige el chico para pasarla bien. Entonces nosotros tenemos una gran responsabilidad”, comenta la presidenta y agrega sus anhelos que también son colectivos, “Nuestro sueño principal es tener la cancha, tener un espacio físico donde los pibes y las pibas digan ‘me voy a la cancha a jugar, me voy al club a jugar al metegol’, me voy a jugar a lo que quieran jugar. El sueño es que los pibes puedan estar ahí, en ese lugar donde se sientan felices, en un club que sea inclusivo y no exclusivo”.


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