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EL ETERNO REGRESO AL BOSQUE

EL ETERNO REGRESO AL BOSQUE

Es miércoles por la mañana y el Concejo Deliberante de La Plata está por comenzar una sesión ordinaria. Es el espacio donde sesionarán el que la hace extraordinaria. La sala donde se ubican los legisladores y las legisladoras es la ex Comisaría 5° de La Plata, uno de los principales centros de detención clandestino en la ciudad, parte del llamado “Circuito Camps” –dirigido por el genocida Ramón Camps fallecido en libertad en 1994-, hoy transformado en un Espacio de la Memoria. Se calcula que por la Comisaría 5° pasaron casi 200 personas.

La sesión, extraordinaria aunque ordinaria, se centra en homenajes y reparaciones por la semana del 24 de marzo. Hay reconocimientos como personalidades destacadas de la ciudad a familiares y también a desaparecidos y desaparecidas. El Concejo Deliberante, a su vez, emite dos decretos mencionando al club Gimnasia y Esgrima La Plata: una declaración de interés municipal al trabajo llevado adelante por la Subcomisión de Derechos Humanos y otro por el homenaje que realizarán el martes 28 de marzo a socios, socias, hinchas, dirigentes y deportistas desaparecidos y desaparecidas durante la última dictadura militar.

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Una de las mayores dificultades que tiene la reconstrucción de la historia de los desaparecidos y las desaparecidas es la fragmentación de sus vidas. Son muchos los casos donde quienes conocieron su vida familiar, desconocían su militancia, mientras que quienes compartían la militancia, no sabían de la vida social de la persona. El ejercicio colectivo de la memoria permite contar mejor a esas personas. Cuantas más voces haya recordando a alguien, más cerca se estará de mantener al desaparecido entre nosotros. 

En los últimos cinco años los clubes del fútbol argentino han puesto la mirada en la memoria. Los años de militancia al interior de las instituciones deportivas, generaron algo impensado poco tiempo antes: el abrazo entre fútbol y derechos humanos. Desde conmemoraciones cada 24 de marzo, pasando por la primera restitución de carnets en septiembre de 2019 hecha por Banfield –y emulada a su manera por muchos otros equipos-, la creación de Subcomisiones de Derechos Humanos, reconocimientos a Madres y Abuelas de Plaza de mayo, etcétera. Los clubes han tomado conciencia de aquello que suele decir el escritor Julián Scher: al desaparecer a parte de su masa societaria, tomando a los socios y a las socias como sus verdaderos dueños, las instituciones fueron víctimas directas del terrorismo de Estado.

En 2019 la Universidad de La Plata comenzó la restauración de legajos de estudiantes, docentes, no docentes, graduados y graduadas para modificar el motivo de su ausencia. Esos legajos ahora dicen que la persona dejó de asistir a la Universidad por ser víctima del terrorismo de estado. Un grupo de socios y socias de Gimnasia planteó la posibilidad de un trabajo conjunto entre el club y la institución educativa. A ello se sumó también la Comisión Provincial por la Memoria. “El objetivo fue ir recabando formas de trabajo e información, poder cotejar con los archivos de socios del club”, explica Enrique Kobla, vocal de Gimnasia y Esgrima La Plata. 

El trabajo conjunto entre las tres instituciones logró, en primer lugar, hacer una reconstrucción de las personas desde diferentes puntos de vista: social, político, educativo y laboral. Estos suelen ser aspectos en la vida, principalmente quienes tuvieron que pasar a la clandestinidad por la represión, que se manejan por caminos paralelos. La familia puede contar cosas que sus compañeros de militancia no y a su vez quienes asistían a clase o compartían un espacio de trabajo suman información que los dos primeros desconocen. Humanizar es la tarea. Que dejen de ser solo nombres en una placa, una bandera o una foto para convertirse en historias compuestas de manera coral. 

En los hechos la articulación derivó en un primer homenaje por parte de Gimnasia y Esgrima La Plata. En 2021 fueron reconocidos en un acto los y las deportistas víctimas del terrorismo de estado que habían pasado por la institución, entre quienes se encontraba, por ejemplo, el atleta Miguel Venancio Sánchez. La potencia identitaria de los clubes genera que, a través de estos homenajes, comiencen a acercarse personas que quieren contar las historias de sus familiares. “Esto derivó en nuevos contactos entre socios. Gente que fue interesándose para que los Derechos Humanos fueran un tema puntual dentro del club”, cuenta Enrique Kobla. En 2022 la Comisión Directiva recibió la presentación formal para la creación de una Subcomisión de Derechos Humanos. El 22 de agosto de 2022 fue aprobada. Casualidades o causalidades: el 22 es el número que representa a la hinchada de Gimnasia. 

Para entonces la recopilación de historias crecía. La articulación con la Universidad de La Plata y la Comisión Provincial por la Memoria, sumada a los aportes de hinchas del club, permitía que esos nombres ahora tuvieran infancias, gustos, lugares de trabajo, de estudio, de militancia, de asesinato o desaparición y, en algunos casos, incluso de aparición de sus restos. 

En diciembre de 2022, durante un acto con veteranos de Malvinas impulsado por la Subcomisión de Derechos Humanos, la Comisión Provincial por la Memoria le entregó a la institución “los legajos de la investigación sobre todo lo que fue la actividad en el Club Gimnasia y Esgrima La Plata durante la dictadura -reconstruye Kobla y agrega-. Todos los familiares acompañaron desde un primer momento. Gracias a ellos pudimos darle vida a las historias de los desaparecidos y las desaparecidas. Tanto gracias a ellos como amigos y compañeros de trabajo también”. 

A diferencia de lo realizado en otros clubes, donde se crearon categorías nuevas como Socix Detenidx Desaparecidx (en el caso de Banfield) o Socio Eterno (en Racing) para nombrar a quienes se encuentran desaparecidos, en Gimnasia se decidió utilizar la figura de “Socio Honorario”. “No se autorizó la figura de restitución de carnets porque lo nuestro fue más abarcativo. No solamente hay socios y socias, hay deportistas, dirigentes e hinchas también. Consideramos que la gran familia tripera se compone de una gran variedad, no solamente de los socios y socias”, explica Enrique Kobla. La idea es que este homenaje no sea concluyente sino que sea el primero de varios. 

El acto no es el único ejercicio de la memoria realizado por Gimnasia. Las historias de 29 hinchas, socios, socias, deportistas y dirigentes, quedaron plasmadas en un archivo llamado: “En Gimnasia ¡Presentes, siempre!”. El Lobo se suma así a Argentinos Juniors y Huracán en la idea de no sólo homenajear, sino también contar quiénes fueron estas personas, poner historias detrás de los nombres. 

Clara Bacchini es hija de Federico Bacchini, un sacerdote tercermundista que abandonó la iglesia para acercarse a la militancia. Federico Bacchini se casó en 1975 con Elsa Paladino con quien tuvieron a Clara. Fue secuestrado en noviembre de 1976. Sus restos fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense en 2011, gracias a ello se supo que había sido asesinado el 2 de febrero de 1977. “Todo lo que sé de él, en mis 46 años, me lo han contado personas que en algún momento tuvieron algo que ver con su vida y que me acercan esos recuerdos para que yo pueda construir su memoria”, contó Clara Bacchini en el programa de radio Deportivo 1270.

Las historias recopiladas por Gimnasia y Esgrima La Plata conforman un ejemplo de los alcances de la represión por parte de la dictadura. Hay adolescentes víctimas de lo que fue la noche de los lápices, estudiantes universitarios, deportistas, militantes sindicales y militantes políticos. Entre ellos y ellas se encuentran, por ejemplo: Miguel Venancio Sánchez, Gladys Mabel Amuchástegui Messina, hermana de Marcelo Amuchástegui, más conocido como el Loco Fierro, uno de los líderes históricos de la barra brava de Gimnasia o María Inés Raverta, voleibolista del club y madre de Fernanda Raverta, ex candidata a intendenta de la ciudad de Mar del Plata. 

Que los clubes puedan recopilar y contar las historias de sus socios desparecidos y sus socias desaparecidas invierte la idea tradicional de ser y estar en los clubes. Históricamente los y las hinchas escriben la historia de los equipos y quienes componen sus identidades. Son ellos y ellas quienes cuentan viejas campañas, recuerdan a sus ídolos o rememoran su paso por diferentes espacios de la institución. Acá es el club quien decide contar sus vidas. A través de la identidad que supone ser hincha, aparecen amores, sueños, trabajos, gustos o elecciones. Todo lo que compone al universo del paso por el mundo de un ser humano, vuelve a nacer cuando quienes conocieron a la persona cuentan sobre ella. Sus hinchas cobran vida a través del club cuando este rescata sus historias.

Como Clara Bacchini, quien no pudo conocer a su padre porque lo desaparecieron cuando tenía dos meses, pero va completando su historia a través de quienes lo conocieron. El recuerdo no es una imagen quieta ni un nombre aislado. Dice Clara Bacchini: “La memoria es una acción permanente y colectiva, es un ejercicio en acción y en movimiento”.


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Autor

  • Juan Stanisci

    Nació y vive en La Boca. Escritor y director en Lástima a nadie, maestro. Escribe y colabora en medios digitales de Argentina, Uruguay y México. Es uno de los autores del libro Crónicas Maradonianas.