MASCULINIDADES EN TENSIÓN
Un varón pisa el acelerador y atropella a su expareja. Un varón recibe un disparo por la espalda por parte de otro varón cuando volvía de entrenar en su club. Un grupo de varones protagoniza un homicidio a base de golpes de puño y patadas a otro varón en la costa argentina. Varones, varones y más varones. Hechos que dan cuenta de la violencia social, cultural y sistémica que se haya inscripta en las masculinidades.
Estos hechos deben ser abordados de lo micro a lo macro, en donde el deporte sirve como disparador para pensar a la sociedad misma.
En el caso de nuestra sociedad, el fútbol es una pasión de multitudes a nivel mundial siendo un espacio de encuentro social y también de formación y desarrollo deportivo para muchos jóvenes.
En ese proceso, muchos jóvenes comienzan a proyectar una vida dedicada plenamente a esta actividad constituyéndose como su trabajo. De los que empiezan a jugar en las inferiores de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) con 13 años en Novena División, sólo entre el 3 y el 4% se convierten en futbolistas profesionales. El 97% no sólo queda afuera del sistema, debe dedicarse a otro proyecto de vida.
¿Qué es lo que pasa con esos miles de jóvenes que no encuentran su correlato en la firma de un contrato? ¿Cuáles son las acciones que desarrollan los clubes para “preparar” a los chicos más allá de la parte futbolística?
Aquellos que cuentan con mayor “fortuna” pueden solventarse los estudios y continuar adelante gracias a un importante apoyo y presencia familiar. Otros, deben aprender y salir adelante mediante oficios efímeros que se encontraron en el camino, dejando su suerte al libre albedrío.
Sin embargo, las posibilidades no se agotan allí. Existen muchos futbolistas que optan por una vía más rápida y corta. Con 111 días de diferencia, dos chicos se quitaron la vida después de que sus clubes los dejaran libres el año pasado. Se trata de los casos de los jugadores juveniles Leandro Latorre, de Aldosivi de Mar del Plata, y Alexis Ferlini, de Colón de Santa Fe.
Asimismo, este año el fútbol argentino sufrió el suicidio del delantero de Godoy Cruz de Mendoza, Santiago “Morro” García.
Según la autora feminista, Rita Segato, en Brasil, la mayor cantidad de suicidios es protagonizada por varones, al igual que en Uruguay, donde fue el Gobierno el que publicó un informe donde, en el año 2020, se certificó que hubo 718 suicidios y una tasa de 20/30 cada 100.000 habitantes: el 90% fueron varones.
Distintos casos, distintos niveles, distintas partes del mundo, una misma causa: en lo micro, la ausencia de un acompañamiento y asistencia social a los deportistas; en lo macro, la necesidad de abordar espacios con foco en las masculinidades desde una perspectiva de género.
El caso de los suicidios permite observarlo por excelencia, un flagelo histórico; pero otro hecho espinoso que han tenido y registrado varias instituciones deportivas son los casos de abusos o violaciones realizadas con deportistas como víctimas y, en otras, como victimarios. Como así también los casos de accidentes de tránsito.
Distintos actos y situaciones que ocurren en la sociedad misma pero que, debido al peso cultural del fútbol, cobran mayor notoriedad en los medios filtrándose en la mayoría de los espacios sociales.
Es por ello que hay que comenzar a repensar el lado político de los deportistas, hecho dogma por los más chicos, y también los más grandes, para pasar a ocupar un lugar de “palabra autorizada” sumamente importante, aunque también delicado.
De tal manera, se puede reconocer y constatar la importancia de equipos de trabajos interdisciplinarios que brillan por su ausencia en el deporte. Esto no se reduce solo a la figura de psicólogos, sino también trabajadores sociales, asesores, ex deportistas con formación en alguna área como la educación financiera y educación sexual. Esto es lo que se puede denominar el “lado b” del jugador de fútbol, una cuenta pendiente de nuestro fútbol.
Dan muestra de ello muchos jugadores profesionales retirados que analizan sus experiencias en televisión y lo hacen desde un lugar de dolor, como lo supieron hacer el actual DT del Seleccionado argentino Lionel Scaloni o Sergio Batista, ambos en sus respectivas entrevistas en el medio televisivo ESPN.
Un gran paso es la creación e implementación de las áreas de género en los clubes, cuyos espacios posibilitan un espacio distinto para el intercambio y visibilizar las conquistas logradas.
Sin dudas que se ha avanzado mucho en este aspecto, pero todavía se siguen registrando casos de suicidios, y no solo en Argentina sino, en todo el mundo, en un contexto en el que se les exige más a los jugadores que a los políticos que definen el rumbo del país.
Es imperioso señalar la importancia de parar la pelota y comenzar a repensar el estado actual del fútbol, para tratar de soñar un futuro “mejor” y definir qué tipo de sociedad queremos.