NUESTRO MUNDO, EL DE TODOS
Cuando la mamá de un chiquito con parálisis cerebral le consultó a Patricio Huerga, -director de una escuela de natación convencional de alto rendimiento, donde asistían bebés, niños y adultos- si podía darle clases de natación a su hijo, el profesor no imaginó el desafío que tenía por delante. “-Me encantó la idea, a pesar de no saber nada al respecto. El nene tenía siete años y recientemente había aprendido a caminar. A los cinco meses hubo resultados importantes. Esa mamá le contó a una vecina cuya hija tiene síntoma de Reth. Tras meses de trabajar desde la casa –uno de los mecanismos de defensa de esta patología lleva al paciente a rehusar la mirada ante los extraños- logró reconocerme como alguien de su entorno, alguien de confianza y así se fueron sumando. Con los primeros siete chicos hicimos esa primera experiencia de nado en el río”- le cuenta Huerga a Meta, Sentidos en Juego, en una cálida charla compartida.
Patricio se refiere a la experiencia de nado en aguas abiertas realizada en 1998, prueba pionera en el país, en la que alumnos con distintas discapacidades demostraron lo aprendido, tras un año de trabajo. “-En el mientras tanto empezaron a venir personas sin discapacidad queriendo formar parte del colectivo. Nosotros no competimos, hacemos pruebas del trabajo realizado durante todo el año. Cuando hacemos la experiencia en el rio, tratamos de que trabajen en grupo, que naden juntos, se vayan esperando, que se vayan alentando. Es un proyecto inclusivo desde donde se lo mire”-grafica Huerga.
En 1997 el municipio de Arroyo Seco, Santa Fe implementó el Plan de Natación para chicos con discapacidad y en 2002, a raíz de la cantidad de familias que se sumaron al proyecto, nació la ONG ENIAS, Escuela de Natación Integrada de Arroyo Seco conformada por padres y familiares de alumnos con discapacidad, una interrelación de fuerzas desde la gestión de organización que funciona aceitadamente. –“La ONG es del estado pero hay gente del proyecto involucrada para que no se tergiverse el objetivo. Si fuera solo del estado, cuando cambia el gobierno, con un nuevo mandato y otra gestión puede terminar desvirtuándose; pero siendo del estado con los padres adentro institucionalmente desde la ONG es ideal. Los familiares jamás van a traicionar el objetivo. Es una dupla que funciona muy bien, está siempre en discusión y en ebullición. Somos un nosotros, en permanente debate, producto de la reflexión que produce todo esto”-, explica Patricio.
El proyecto parte de una mirada que reconoce a las personas con discapacidad como capaces y valiosos, convocando a las familias a la autogestión en pos de metas compartidas potenciando las capacidades de cada uno-, explica el colectivo en su página web tiburonesdelparana.org.
En diciembre de 2007 comenzó a funcionar el Complejo Integral los Tiburones, abierto a la comunidad. Hoy asisten a las clases doscientos treinta personas con discapacidad y otras doscientos treinta sin, de todas las edades, desde bebés hasta adultos mayores. El 3 de junio pasado se inauguró el centro cultural del complejo.
Los Tiburones son una experiencia pionera, única en el país, si bien desde hace poco tiempo va tomando forma una modalidad deportiva similar en Mendoza a partir de la visita de un profe de Athuel que visitó el complejo e intenta forjar una experiencia similar, con alrededor de veinte nadadores en la actualidad.
Hoy, una de las “tiburones” está de visita en España participando de charlas y encuentros sobre discapacidad. Hace unos días,- cuenta Patricio- me dijo sorprendida que en una charla le dijeron que la experiencia que forjamos acá no podrían llevarla adelante allá porque no hay conciencia-. “No somos iluminados, crecimos juntos, lo fuimos pensando juntos, a esa primera mamá que vino no le ofrecí un horario especial, porque no tenía, le ofrecí lo que había y así ese chiquito empezó con los otros alumnos de su edad. Enseñamos en medio de todos y la gente se empezó a acercar, a querer ayudar. Ahí me parece que empezó esto que después llevó a las familias a decir qué bueno sería tener un espacio con horarios para nuestros hijos que sea abierto a la comunidad. No queremos un mundo aparte para ellos, me dijo una mamá, queremos compartir con todos. Lo fuimos haciendo entre todos. Es un proyecto que enamora cuando uno lo ve en vivo”, señala el profesor.
La experiencia de los Tiburones llegó a la pantalla grande: en la película documental Abrazos de agua, se narra la epopeya de nado en aguas abiertas de doce kilómetros en el río Uruguay, uniendo Colón-Paysandú (en una travesía que llevó cuatro horas de la que participaron 140 atletas) y la vida de los nadadores fuera del agua, sus conflictos y resoluciones en la vida cotidiana. El documental se estrenó en octubre de 2014 y fue posteriormente proyectado en setenta ciudades del país y en el exterior, visto en Perú, Chile, Uruguay, España, Inglaterra y Cuba. –Fue una locura-, grafica Huerga. Una organización descomunal: necesitamos Prefectura de los dos países, Migración, un grupo iba nadando y otro por tierra, todo tenía que salir bien. Fue una experiencia única- recuerda.
Los Tiburones llevan ese nombre en homenaje al nadador santafesino Pedro Candioti, -autor del récord mundial de horas de nado- que entrenaba sobre uno de los brazos del Paraná y fue bautizado tiburón del Quillá. Como dijo Leopoldo Marechal, “al recibir un nombre se recibe un destino” cuenta Patricio orgulloso de las experiencias “cada vez más locas y desafiantes”. Desde la práctica deportiva, los Tiburones buscan naturalizar la presencia del otro, -la pileta del complejo ni siquiera está dividida- en la búsqueda de un intercambio permanente con las discapacidades y que éstas no queden en meras jornadas de excepción. Quizá en esa matriz inclusiva, en esta idea madre forjada en pos de la verdadera inclusión radica su mayor anhelo: “el día que la inclusión sea plena, desaparecerá el término discapacidad”.
