Ensayos
YO QUIERO A MI BANDERA

YO QUIERO A MI BANDERA

“El rock debe ser simple, dos acordes”, decía Luca Prodan con su acento multicultural. El italiano vivió su juventud en Inglaterra, llegó a Argentina por una adicción a la heroína. Creó una de las grandes bandas de la historia de nuestro rock (Sumo). Pese a tener otro origen, sus letras parecían entender a la perfección la bohemia porteña.

“El fútbol es simple, es un juego, lo haces bien o mal.», decía Román. Pases cortos, simpleza y autenticidad: “Yo fui un futbolista que ama jugar a la pelota”. 

Los dos le ponían los puntos (y las comas) a los periodistas. Una vez le preguntaron a Luca como manejaba su imagen de reventado: “Fui al mejor colegio de Europa, hablo cuatro idiomas ¿Vos, cuántos hablás? Y yo soy reventado de repente”. O cuando Román le corrigió a Fernando Pacini después de su debut: “Le pregunté si había sentido algo por debutar en la Bombonera y que lo ovacionen y me contestó que ya había jugado, eso denota que para él eran sólo partidos de fútbol”. Prefieren contar su propia historia o ser editor de quienes cuentan la suya. Eso se llama conocer su poder, pero eso no le gusta mucho al sistema.

Jugar al fútbol era lo único. Si era en el jardín de su casa, mejor. Más allá de tener otro origen (Argentinos Juniors), entendió perfectamente la esencia: “Mi vieja me hizo de Boca y mi viejo me enseñó a jugar al fútbol”. 

Hay una frase en la canción “Que me pisen” de Sumo que compacta a Luca: La simpleza y el amor a nuestro país: “Yo quiero a mi bandera”. Algo que tranquilamente pudo haber dicho JR.

Román se enfrentó en las elecciones contra el presidente más ganador de la historia del club. Su autenticidad le ganó al show. Esa que motoriza el alma y no la bronca. El 10 lo tuvo claro: “Queremos ser un club de fútbol y no ser utilizados por la política, el club es de ustedes, no podemos dejar que nos intervengan”. 

Luca iba contra lo establecido: “Los lentes son para el sol y para la gente que me da asco”. La lucha por ser y no parecer. Al igual que JR, quien es Bostero y peleó contra fuerzas oscuras que parecen serlo pero cuando pierden, le echan la culpa al hincha. 

Román, a diferencia de muchos de sus colegas, se enfrentó al poder de turno con el solo interés de devolverle a su club su esencia. El italiano tuvo una actitud parecida, cuando asistió a la Séptima Marcha de la Resistencia, organizada por Madres de Plaza de Mayo en diciembre de 1986: “Porque los rockeros son egoístas, individualistas, sólo quieren lucirse, y de los derechos humanos no les importa nada, la lucha de las Madres me parece justa, pero en la sociedad argentina hay un sentimiento de indiferencia que me espanta’”.

Dos artistas bohemios a la vanguardia de una prédica: “Es simple”. Ninguno nació en los lugares donde se hicieron banderas, pero sí para describir, defender y amarla como si lo hubiesen hecho.


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