Diegologías
DIEGO Y ESTELA

DIEGO Y ESTELA

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo recuerda sus encuentros con Diego en Cuba y en el Mundial de Sudáfrica 2010, cuando el astro era técnico de la Selección Nacional. También destaca su valentía política y el amor que le tienen todas las Abuelas por sentirlo como otro nieto que siempre las acompañó 

Diego y Estela de Carloto siempre sintieron admiración y respeto mutuo aunque solamente pudieron conversar en dos oportunidades. La primera fue en la Cuba de Fidel Castro, un 1º de mayo del 2000, durante los festejos del día de los Trabajadores, donde fueron invitadas las Abuelas de Plaza de Mayo (Estela y Rosa Roinsinblit)  y otras personalidades como el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, Hebe de Bonafini por la Asociación de Madres de Plaza de Mayo y Gladys Marín, Secretaria General del Partido Comunista de Chile, entre otros. Aquel día donde participaron  más de un millón de cubanos en la La Habana y otros miles en distintas provincias de la isla, se celebraba no solamente la reivindicación mundial de los trabajadores,  también era especial por la lucha del pueblo cubano contra el gobierno de los Estados Unidos sobre la liberación del pequeño Elián González, el asunto que simbolizaba la crueldad de la política de Washington de bloqueo y hostilidad hacia Cuba ( el 28 de junio, el niño cubano regresó a La Habana junto a su padre siendo una gran victoria diplomática del gobierno cubano)  y la denuncia del voto confeccionado por los EE.UU. contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Estela recuerda aquel  primer encuentro con Maradona:

“Pude conversar con Diego Maradona en dos oportunidades. La primera fue en Cuba, invitadas por Fidel Castro el 1º de Mayo para los festejos del día de los trabajadores y apoyar la resolución del conflicto diplomático que tenía la revolución cubana con los Estados Unidos por el justo retorno del niño Elián González a tierras cubanas junto a su padre. Era imponente ver a ese mar de gente, luchando contra la injusticia de los Estados Unidos (de Argentina estaba Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, Rosa Roisinblit, vicepresidenta de Abuelas, entre otros referentes). Allí, habló Fidel  a la multitud, luego se sacó los borceguíes y se puso las zapatillas, para poder caminar hasta el Malecón. Durante esa caminata con las columnas, una de las personas me dijo que en una de esas casas estaba viviendo Maradona junto a Guillermo Coppola -su representante en ese entonces- y otos familiares. Cuando pasamos por allí, me acerco y le gritó “Maradona, una Abuela de Plaza de Mayo te saluda”. Y  enseguida vino Diego hacía mi y me saludo afectuosamente. Cambiamos algunas palabras y recuerdo cuando me estaba yendo le dije a Cóppola que lo cuidara mucho.”

El otro momento que compartieron fue cuando Diego estuvo al frente del seleccionado nacional. Durante el Mundial de Sudáfrica del 2010, las Abuelas de Plaza de Mayo viajaron al país africano para desarrollar distintas actividades con otros organismos de derechos humanos y también promocionar su candidatura al Premio Nobel de La Paz.

La visita de Estela a la selección se dio un 16 de junio y fue un gesto de agradecimiento a Maradona quien venía respaldando públicamente la postulación de Abuelas para el Nobel de la Paz. Antes de viajar a Sudáfrica, en el partido de despedida entre la selección y Canadá, los jugadores argentinos salieron a la cancha con una bandera que decía: “Apoyamos a las Abuelas de Plaza de Mayo para el Premio Nobel de La Paz”. Esa pancarta viajó a Sudáfrica y estuvo colgada en las tribunas del Estadio de Pretoria durante los entrenamientos.

El encuentro entre Diego y Estela fue muy particular porque el astro paró un entrenamiento de la selección para recibir a la dirigente de derechos humanos, donde ambos se fundieron en un abrazo que dio vuelta en todo el mundo y conversaron frente a las miradas atentas de los jugadores y el cuerpo técnico. Luego, Diego sostuvo ante los medios: “Es una luchadora” y reconoció el trabajo que estaban haciendo para recuperar a los hijos de detenidos-desaparecidos apropiados durante la última dictadura cívico-militar: “Los argentinos queremos saber la verdad” 

Así recuerda Estela aquel momento inolvidable:

“Fuimos al país africano con Abuelas para trabajar con otros organismos de derechos humanos, y no pudimos reunirnos con el presidente Nelson Mandela por la tragedia familiar que había tenido, cuando su bisnieta Zenani, de 13 años, perdió la vida en un accidente de tránsito. Visitamos el Pabellón Argentino, una muestra en Sandton, a unos pocos kilómetros de Pretoria, y  el Museo de la Memoria, en Soweto.

Llegamos junto a Ignacio Hernaiz  al Centro de Alto Rendimiento de la Universidad de Pretoria donde estaba la selección. El frío polar y el viento helaba las manos y narices. Recuerdo que Carlos Bilardo me  prestó una campera de los que usaban los integrantes del cuerpo técnico. Yo lo conocía porque mi esposo Guido era fanático de Estudiantes y jugó en el club hasta la Tercera División.  Yo también soy de familia pincharrata y todavía recuerdo el campeonato del ’68, cuando el equipo de La Plata ganó el título de campeón Intercontinental de clubes en Inglaterra, venciendo en la serie al Manchester United. También me recibió el presidente de la AFA Julio Grondona y me encontré con un juvenil Leonel Messi.

Después de la práctica me encontré con Maradona y fue todo muy agradable. Había muchos medios registrando ese  momento, y en un momento, él comenzó hacer un discurso en defensa de la Abuelas y nuestro trabajo de recuperación de nietos y toda nuestra lucha y terminó diciendo “todos los argentinos queremos saber la verdad”.

Me agradeció por el encuentro y me dijo que nos quería mucho. Yo le agradecí por la actitud solidaria de su hija Dalma, que a través de su arte y de su participación en Teatro por la Identidad, donde nos ayudaba a buscar a nuestros nietos.

Diego tuvo gestos de afecto como tomarme las manos y despedirme con un fuerte abrazo. Abrazarlo es abrazar algo muy querido, con la ternura de una abuela. El representaba a los argentinos que luchan desde abajo, a los humildes, a los del pueblo.  Fue un encuentro muy emocionante, y como gratitud le entregamos un pañuelo.

La visita a la Selección fue un gesto de agradecimiento a Maradona porque el equipo argentino había respaldado públicamente la postulación de Abuelas de Plaza de Mayo para el Nobel de la Paz. En el partido de despedida jugado contra Canadá, antes de viajar a Sudáfrica, los jugadores salieron a la cancha con una bandera que decía “Apoyamos a las Abuelas de Plaza de Mayo para el Premio Nobel de la Paz”. Esa pancarta viajó a Sudáfrica y estuvo colgada en las tribunas del estadio de Pretoria durante todos los entrenamientos.”

Estela y las Abuelas no solo lo admiraban como jugador de fútbol, también destacaban al ser humano:

“Siempre me interesó Diego como ser humano. Lo miraba con ojos de abuela y me daba mucha ternura. Me conmovía el amor que sentía hacia sus padres.  También me conmovía ver su genio futbolístico, ver cómo de niño soñaba con jugar al fútbol. Después lo admiré  por todo lo que logró y amo a la camiseta argentina.

Las Abuelas lo queríamos mucho a Maradona porque era un luchador como nosotras que no abandonamos  nunca la pelea y no perdemos jamás el amor por el otro.”  

Después de conocerse la triste noticia del fallecimiento del Diez, Estela emocionada declaraba en distintos medios:

“Me desperté deseando que fuera un mal sueño, pero la realidad me entristece aún más todavía. Estoy muy dolida por la injusticia de una muerte temprana de un gran hombre, de gran bondad y solidaridad” (…) “Desde Abuelas sólo tenemos agradecimiento, recuerdo y amor hacia él, porque siempre demostró acompañamiento y solidaridad” (…)  y destacó que Maradona “siempre defendió al desvalido, al que no tenía, no se alió con la riqueza; su corazón siempre estaba puesto en lo que era injusto, en remediarlo; no fue un hombre con dobleces de intereses personales” (…) “No nos ha dejado porque va a quedar para siempre”.


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Autor

  • Julio Ferrer

    Periodista y escritor. Algunos de sus libros "Osvaldo Bayer Íntimo. Conversaciones con el Eterno Libertario", "Stella Calloni Íntima". Una cronista de la Historia", con prólogo de Fidel Castro y "Gregorio Selser. Una leyenda del periodismo latinoamericano"